Si aún no lo han hecho, les recomiendo leer el artículo que explica cómo se puede ver el zodíaco como una colección de doce tipos psicológicos y así adquirir contexto.

Tercer Modo: Mutable
Fuerzas: 4↓ Día y 3↑ Noche
Virgo es el último signo en el que la Fuerza del Día prevalece sobre la Fuerza de la Noche, como ha sido desde el equinoccio de primavera. En Virgo, la consciencia humana se centra en el análisis como reacción a lo ocurrido durante la fase de Leo. En Leo, la Fuerza de la Noche se mostró vacilante e insegura en su adaptación social y el individuo se vio obligado a acentuar sus manifestaciones emocionales.
Después de encontrar una base en el hogar en la fase de Cáncer, el individuo debe participar en la sociedad. En Leo, debe producir, engendrar, crear. Comprende, aunque no siempre de manera consciente, la importancia de tal “deber” y asume las responsabilidades requeridas. Se siente fuerte, orgulloso de sus creaciones y radiante en su paternidad; sin embargo, no está acostumbrado a actuar bajo una responsabilidad social. Su comportamiento aventurero puede traer fracasos, y su seguridad en sí mismo, algunos errores. Puede sentirse ofendido, su orgullo herido; el estrés puede causar enfermedad física o malestar emocional. La carga de tener un hogar y responsabilidades sociales mientras se dedica a actividades creativas o productivas puede dejar una fuerte impresión en la personalidad.
Una Pregunta Práctica
Algo no va bien, pero ¿qué? Surgen multitud de preguntas, pero ¿quién puede darnos respuestas? Así que seguimos trabajando, produciendo, investigando, enseñando y creando. Ésta es la esencia de la vida social, pero ¿cómo podemos avanzar cuando nuestra fe y nuestras fuerzas son débiles? ¿Quién podría enseñarnos la técnica para una vida más fácil y menos agotadora? Éste es el estadio de la fase Virgo en el desarrollo de la consciencia. Comienza con una pregunta y puede terminar con una verdadera iluminación en el equinoccio de otoño, el inicio de Libra. Debe terminar con una mayor comprensión del proceso social y de la naturaleza de la Fuerza de la Noche. Debería terminar con belleza y paz, o al menos con un reajuste social.
Toda actividad productiva basada en el individualismo estricto y la autoexpresión emocional nos plantea una pregunta: ¿cómo podemos evitar el agotamiento físico, la tragedia emocional y la decepción? La respuesta es doble y ambas partes deben integrarse, lo que es más fácil en la teoría que en la práctica. Por un lado, la respuesta al agotamiento causado por las actividades impulsivas y los gestos dramáticos se puede resumir en una palabra: técnica. Por otra parte, también es necesario reorientar la propia naturaleza emocional.
Técnica
Una técnica es un método basado en unos principios fundamentales aplicados de tal manera que le permita al hombre desarrollar su trabajo con facilidad y menor cansancio, sin derrochar energía y lo más rápidamente posible. Un maestro de la técnica es alguien que comprende profundamente la base del método y lo ha aplicado a las estructuras de su comportamiento muscular, nervioso y mental. El tipo Virgo busca ser tal maestro de la técnica pero, primero, la técnica debe ser aprendida. Y, salvo contadas excepciones, debe ser aprendida de alguien que verdaderamente sea un maestro (o maestra) de la técnica, convirtiéndose en su aprendiz. Como tal, un aprendiz deberá observarse a sí mismo objetivamente, críticamente, analizándose y aceptando sus propios defectos. Será honesto al evaluar las actividades de los demás, y las suyas propias. Criticará sin prejuicios, imparcialmente y sin discriminación. Será puro.
Sobre la Pureza
Según Dane Rudhyar, la pureza ha sido mal entendida y a menudo implica imágenes éticas y tradiciones confusas. Para comprender la pureza tomen, por ejemplo, “agua pura” que significa no tener sedimentos ni compuestos orgánicos, como microbios. De igual manera, un “hombre puro” no debería ser nada más que lo que es por derecho de su destino. Cuando en un ser humano hay elementos o deseos que no “pertenecen” a la estructura de su propio carácter esencial y de su destino, se trata de “impurezas” que motivan conflictos psicológicos y depresión. La técnica es un método para eliminar dichas impurezas. Un maestro de la técnica está completamente seguro de sí mismo porque sabe que no hay nada dentro de él que pueda inhibir, confundir o molestar su comportamiento, nada en su mecanismo físico y mental, y nada en el flujo de energía desde la fuente hasta el destino. Tiene manos firmes debido a sus nervios tranquilos, cuya estabilidad es resultado de tener su naturaleza psíquica clara e inalterada por el miedo.
Otros Principios
Hemos visto que la técnica se basa en la pureza, pero también depende de la potencia y la habilidad. La potencia se refiere a tener los órganos a través de los cuales pueda fluir la vida, pero, más importante aún, a que ese “potencial vital” siga estando presente en el organismo. De aquí se desprende el simbolismo de la Virgen, que es pura y potente porque no se ha corrompido y está llena de nuevas energías. La habilidad, como resultado de un entrenamiento adecuado, viene en último lugar. El entrenamiento ni siquiera sería necesario si el aprendiz fuera verdaderamente puro y potente, porque la energía vital fluiría intensamente y sin corrupción, lo que daría como resultado la capacidad de adaptarse rápidamente y por sí mismo a cualquier nueva situación. Lamentablemente, los hombres de los últimos tiempos han olvidado este hecho y gastan demasiada energía en el entrenamiento mecánico.
La vida es inteligencia, dice Rudhyar. Sin embargo, los hombres han obstruido esa inteligencia interna con ilusiones sociales y personales, por lo que necesitan sustituirla con enseñanzas tediosas. Por supuesto, esto no significa que se deba infravalorar el entrenamiento, ya que una buena mitad del esfuerzo del aprendiz reside en purificar su naturaleza para deshacerse de todos los obstáculos. Vemos que la autopurificación también es clave para llegar a ser un maestro de la técnica, alcanzando un estado de “virginidad”. El pasado debe ser extirpado, olvidado y reducido a la “esencia de la experiencia”, extrayendo así sabiduría de él.
Reorientación
Cualquier lector casual de astrología reconocerá el tipo de Virgo en la discusión previa sobre la técnica, basada en algunas “autoridades” tradicionales: análisis, discriminación, crítica, rutina de trabajo, pureza, autointegración, cuidado corporal e higiene, etc. Sin embargo, Virgo ofrece más al buscador de la autoperfección; al alma herida que, después de aventurarse en el mundo emocional de Leo, ahora está vacía y con dolor de corazón; así como a los padres cuyos hijos son repentinamente ingratos, al artista creativo cuyas obras no dan lugar a una respuesta social, o al líder cuyos seguidores lo han abandonado. Todas estas son imágenes de una experiencia Leo problemática. Para ellos, Virgo ofrece reorientación emocional.
La Esfinge
Existe una tradición astrológica que dice que el punto zodiacal donde termina Leo y comienza Virgo lleva el símbolo de la Esfinge, la criatura mítica con cuerpo de león y cabeza de virgen, esculpida en piedra y que reposa en el desierto egipcio. La Esfinge mira hacia delante, al equinoccio, cuando la Fuerza de la Noche ascenderá a la prominencia, instándonos a relacionarnos. Sí, en los ojos hundidos y pétreos de la Esfinge podemos ver la fuente del desencanto emocional y la amargura que sentimos: nuestra falta de “sentido social”. Leo se enorgullece de “ir a por todas” solo, en parte debido a sus inseguridades sociales. Sin embargo, hasta ahora hemos ignorado el significado de la Noche, una fuerza cósmica que une elementos para formar organismos cada vez más grandes. Hemos afirmado que nuestra forma individual de proyectar la emoción es la única válida, que teníamos derecho a exigirlo todo e imponerle nuestra voluntad a la vida. Y la Fuerza de la Noche se volvió destructiva, dejándonos solos en la oscuridad y aterrados por el eco roto de nuestros propios deseos.
Debemos ser como la Esfinge. El cuerpo de un león tiene un enorme poder de apareamiento, la cabeza de la virgen espera lo que llegará. La Esfinge no tiene orgullo, no tiene prisa, solo espera el momento como está escrito. La Esfinge representa el poder y la pureza reorientados hacia la realización del propósito y el destino. El mensaje de Virgo es que las energías vitales que sentimos no son nuestras, pertenecen a la Vida; pero podemos darles un significado y un propósito más importante que nuestro hogar y nuestra familia. Por lo tanto, un aspecto de Virgo es el reino de la devoción espiritual y el discipulado. Virgo es el signo del sacrificio, que literalmente significa consagrar o “hacer sagrado”, en particular del sacrificio a un Todo Mayor. Virgo también se relaciona con las fuerzas armadas que, a través de la disciplina y el sacrificio de la guerra, aprenden a participar en un Todo mayor: la nación. Más sobre esto en breve.
Lado Oscuro
Si bien el poder del análisis crítico y la autocrítica son claves para un buen aprendiz, dependen de la mente consciente y de su regente, el ego. El problema surge cuando se le hace comprender al ego que tendrá que relacionarse con otros egos. Y pronto, pues la Fuerza de la Noche en Virgo está “tocando a la puerta” para llegar a la mente consciente. Suplantará a la Fuerza del Día como la predominante después del equinoccio. Al relacionarse, ¡sólo será un ego más entre tantos! El ego se siente impactado y sacudido. Busca explicar, formular, criticar, escapar, inventar muchos y maravillosos sustitutos, e incluso trata de convertirse en el devoto de dioses exóticos. El ego intenta todo para estar en movimiento, pensando, evaluando, cuando todo lo que se necesita es estar quieto y soportar en silencio la inevitable metamorfosis.
Al criticar una cosa o a un individuo, ¿no demuestra el ego ser superior a ellos? Al inventar nuevas técnicas o emprender peregrinaciones remotas, ¿no es esto un testimonio de su capacidad para hacer frente a nuevas condiciones y mantener su control sobre las circunstancias? Sí, estas son pruebas de que el ego puede aprender, pero las actividades siguen estando controladas por el ego. Son como las concesiones de un rey autocrático a su pueblo despierto y rebelde. Buscan transformar, literalmente modificar la forma, en lugar de transfigurar, donde se renueva la sustancia de la consciencia y la individualidad. Bajo esta renovación hay necesariamente una reafirmación del propósito. Las estructuras del ego pueden conservarse, pero el propósito de estas estructuras y del ego mismo debe renovarse. Rudhyar escribe: “… la actitud egoísta y celosa del ego tiene … que ser reemplazada por la comprensión compasiva y omniabarcante del Ser”.
La Crisis Virgo
Sin embargo, el cambio no depende de la invención de nuevos aparatos o nuevas formas de culto. Se produce sólo cuando la consciencia, o más bien su sustancia, cambia. Se produce a través de nuevas experiencias y aceptando nuevas relaciones con un corazón abierto. Nuevas máquinas y técnicas sirven para producir nuevas experiencias, alterar las condiciones de vida e imponer a las mentes inertes el comercio y la comunicación con mentes diferentes. Pero los instrumentos modernos del “progreso” son sólo medios para un fin; medios que el ego puede utilizar fácilmente. La humanidad debe abandonar el actual modelo egocéntrico de “relacionarse”. En primer lugar, nuestras generaciones deben abandonar la ilusión de que nuestras guerras son meramente entre naciones; una ilusión basada en la herejía de la “soberanía nacional” y en la negativa a comprender la necesidad de transfigurar la sustancia de las relaciones sociales en todas partes. El nacionalismo es paralelo al egoísmo. Ambos sólo pueden permanecer en lo que he llamado la nueva civilización si se transfiguran por completo y se renuevan en propósito y voluntad.
Don: La Tolerancia
Esta es nuestra crisis Virgo y nuestro desafío. Es nuestra necesidad. A esta necesidad, el Espíritu responde con un don definido por una palabra poco comprendida pero profunda: Tolerancia. Cuando uno escucha la palabra tolerancia, piensa en una actitud o sentimiento que contrasta con la crítica aguda y el fanatismo. Claro, ser tolerante con las opiniones, sentimientos y hábitos de los demás es permitir que cada uno piense y sienta como le parezca. Pero la verdadera tolerancia es más que “vivir y dejar vivir”, a menudo con un dejo de presunción e indiferencia egocéntrica hacia todo lo que no sea nuestra propia verdad. La tolerancia tampoco es la ausencia de intolerancia. No significa simplemente dejar de encontrar defectos en los pensamientos, sentimientos o acciones de otras personas.
Etimológicamente, tolerancia significa: “soportar”, pero ¿soportar qué? Como mínimo, la carga de necesitar cambiar y crecer relacionándose con los demás. Ser tolerante es asumir la responsabilidad de una búsqueda de un conocimiento más amplio, sentimientos menos restringidos y un comportamiento más adaptable. Es la capacidad de crecer volviéndose cada vez más inclusivo. No es, ante todo, una virtud negativa, sino una actitud consciente que se refiere a uno mismo y a las propias creencias mucho más que a otra persona u opinión. La aceptación de los opuestos es el preludio de la inclusividad y la integración.
Virtudes y Paliativos
La tolerancia, la compasión y la caridad son tres virtudes disponibles en el camino de la persona de tipo Virgo, así como para el resto de nosotros. La tolerancia es de la mente, la compasión es del corazón y la caridad se refiere a la acción. Las tres comparten la voluntad de crecer mediante la asimilación de aspectos más numerosos y variados de la verdad, el amor y la acción sacrificial. Para los intolerantes no puede haber expansión de la inteligencia y la comprensión. El Espíritu bendice el camino de Virgo con estas virtudes porque es un camino que especialmente las necesita. Es un camino de crisis y reorientación personal donde es fácil centrarse en las aflicciones disponibles. La preocupación de Virgo por los detalles del trabajo, la técnica, la salud e higiene, y la crítica analítica y despiadada de sí mismo y de los demás, se centra en los aspectos negativos de la crisis. Estas características tradicionales de Virgo deben mostrarse como lo que son: paliativos y sustitutos del esfuerzo real.
Para transitar con éxito el camino de Virgo, no sólo debemos cambiar el contenido del cuerpo o del ego, sino que debemos repensar un enfoque completamente nuevo del propio contenedor. Purificar el cuerpo o el ego no es suficiente. La consciencia del individuo plenamente maduro no sólo debe iluminar y asimilar las energías del ego; también debe asimilar al ego mismo. Tal operación tan misteriosa y desconcertante está detrás de todos los esfuerzos menores característicos de la fase de Virgo. Los hombres que llegan a este paso en su evolución a menudo retroceden, debido al miedo o la falta de comprensión. Pueden buscar maestros, escudriñar cada detalle de su pasado y analizar sus sentimientos con la esperanza de encontrar una varita mágica. Y buscarán en todas partes. Sin embargo, la manera de asimilar toda la verdad es asimilar el ego que busca conocer toda la verdad, según Rudhyar.
Epílogo
Rudhyar termina el capítulo sobre Tolerancia con lo siguiente: “Las palabras no pueden decir más. La crisis debe ser superada viviéndola. La rosa siempre florece en el centro de la cruz. Dios se encuentra allí donde lo divino en el hombre ha asumido a ese hombre—y a la sombra de ese hombre”.
Siempre Amor. 🌹🙏💖
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