¡Están sucediendo tantas cosas tan rápido! Ahora toca hablar de la luna llena en el eje Géminis–Sagitario, signos que preceden a los solsticios. Ocurrirá muy temprano este lunes 27 de noviembre, 1:16 AM en California o 03:16 horas en CDMX, en el quinto grado del eje, a los 4°51′.
Un vistazo rápido a la carta muestra que Sol aún está formando una conjunción cercana con Marte, de lo cual diré unas palabras más adelante. Esto significa que la oposición Sol–Luna habitual de toda luna llena está junto a la de Marte–Luna. No sólo eso, Saturno está a punto de abandonar el primer grado de Piscis que ocupa desde hace casi dos meses, pero no sin antes ayudar a concientizarnos de ambas oposiciones al formar T-cuadradas con ellas ¡desde Piscis 1⁰! Finalmente Mercurio, regente de Géminis, está en Sagitario (24°41′) para una mayor representación del eje.
Cada luna llena puede verse como una semilla de consciencia, de manera parecida a la luna nueva como una semilla de acción. Quizás recuerden cuando hablamos del ciclo lunar que las fases crecientes son etapas de acción, caracterizando en especial la fase del cuarto creciente como una crisis de acción, mientras que las fases menguantes son para adquirir consciencia, y así el cuarto menguante indica una crisis de consciencia. Entonces, si bien la luna llena muestra lo que se actualizó a partir de la potencialidad de la luna nueva y que ahora se ha convertido en nuevos conceptos, ideas o comportamientos disponibles para nosotros mismos, también representa las herramientas reales disponibles para ganar consciencia e integrar verdaderamente esos nuevos conceptos, ideas o comportamientos en nuestra personalidad.
Polaridades de los Signos
A lo largo de los siglos, los astrólogos han asignado una polaridad Yang–Yin a los signos, clasificando los signos de Fuego y Aire como masculinos, y femeninos a los de Agua y Tierra. Así, se forma una polaridad alterna entre signos consecutivos, la cual es una polaridad diferente a la de los opuestos. De hecho, la primera es una polaridad en el tiempo, la segunda en el espacio.
Cuando vemos un horóscopo como un mándala estático, nos interesan las relaciones espaciales, comenzando por las distancias angulares entre pares de objetos y puntos celestes. De ellos podemos obtener aspectos astrológicos cuando el ángulo está “lo suficientemente cerca” de algunos valores que conllevan un significado funcional específico para la relación entre los dos objetos. La relación de oposición (180°) es posiblemente la más importante porque puede provocar que nos demos cuenta de que puntos de vista aparentemente contradictorios son en realidad complementarios. Esta relación de percatación da lugar a los seis ejes del zodíaco, entre los cuales Géminis–Sagitario es el eje de la cognición racional, simbolizando las búsquedas tanto de información como de conocimiento.
Sin embargo, cuando se ve el horóscopo como una fase de un proceso, el cual es una secuencia de acciones ejecutadas en el tiempo, la relación de un signo con el siguiente, ya que el tiempo sólo avanza, adquiere mucho significado y también da lugar a seis pares de signos. En lugar de utilizar masculino y femenino, Dane Rudhyar los llama símbolos raíz y de confirmación. He usado terminología diferente en el pasado, pero nos ceñiremos a la de Rudhyar. Un símbolo raíz se refiere a un “modo de operación” del poder vital único que luego es confirmado por el signo siguiente y, juntos, forman un acoplamiento operativo. Vale la pena señalar que los solsticios, cuando la fuerza del Día o de la Noche está en su máxima intensidad, ocurren dentro de uno de estos acoplamientos, ya sea Géminis–Cáncer o Sagitario–Capricornio.
En Géminis, la Fuerza del Día produce una curiosidad multidireccional para obtener información y experiencias variadas, lo cual requiere el establecimiento de un centro y la aceptación consciente de los límites en Cáncer para finalmente integrar la individualidad. Por el contrario, la Fuerza de la Noche en Sagitario expande el alcance de la mente humana a grandes visiones y filosofías que necesitan las estructuras sociales de Capricornio para integrar una civilización.
Horizonte con Géminis–Sagitario
El signo Géminis se caracteriza, según Rudhyar, “por un vívido afán por ampliar el alcance de las experiencias personales a través de muchos tipos de contactos humanos y por la absorción de una variedad de información que se encuentra fácilmente disponible”. Es el signo de la curiosidad intelectual y clasificación para extraer conocimientos para uso personal y práctico. Por el contrario, Sagitario se refiere a un tipo de conocimiento más abstracto, uno “preocupado por la integración de factores lejanamente relacionados, con la filosofía, la religión y cualquier forma que pueda adoptar la búsqueda de valores básicos y comprensión o sabiduría”, escribe Rudhyar (todo el énfasis es mio). Se puede concluir que Géminis se ocupa de los encuentros fácilmente disponibles y de la mente concreta, mientras que Sagitario se ocupa de todo lo que amplía el horizonte y nos permite soñar grandes sueños. Géminis busca controlar el entorno para la conveniencia personal y la gratificación del ego, mientras que Sagitario tiene peces cada vez más importantes que freír, por así decirlo, ya sean horizontes más amplios o aventuras más allá de lo familiar.
Una individua con Ascendente Géminis tiene avidez por el conocimiento y una multiplicidad de sensaciones y contactos que le ayudan a descubrir su propia identidad individual. El uso de procesos de pensamiento es muy importante, pero debe tener cuidado de no quedar atrapada en una red de pequeñas preocupaciones o perderse en un laberinto de información que, si bien está perfectamente organizada y clasificada, puede carecer de significado superior o no preocuparse por consecuencias sociales, uno de los aspectos sombríos de Géminis. Su Descendente Sagitario puede indicar relaciones basadas en un esquema de valores más amplio. Sagitario proporcionará a Géminis marcos de referencia abstractos, conceptos lógicos y una insatisfacción generalizada con lo que está de moda. Más importante aún, permitirá una expansión de la consciencia a través de las relaciones con otros.
Si ella tiene su Ascendente en Sagitario, no sólo le gustarán los viajes y las actividades al aire libre, sino que también se dará cuenta de qué y quién es ella a través de su participación en una gran causa, una búsqueda social o religiosa o una búsqueda de la verdad. Rudhyar nuevamente: “Esta Verdad buscada puede tener una ‘V’ tan mayúscula que la individua busca promoverla o hacerle propaganda con un celo a menudo fanático, o al menos con gran dedicación”. Ella puede encontrar su propia verdad y su dharma enseñando aquello que ha buscado con tanta avidez. Sin embargo, debido a su Descendente Géminis, ella necesita la influencia polarizadora de una mente más empírica, precisa y analítica. Debería buscar socios y compañeros que cooperen con ella en términos prácticos para que sus generalizaciones y expansionismo puedan alimentarse con una variedad de datos relevantes.
Símbolos Sabianos
El símbolo de Sagitario 5° (Sol) tiene la imagen: “Un viejo búho se sienta solo en la rama de un gran árbol”, explicado además como un enfoque equilibrado y sabio de la existencia basado en una percepción clara de los factores inconscientes y su funcionamiento. Los búhos son símbolos de sabiduría obtenida al considerar un punto de vista diferente, ya que el búho observa la vida cuando la mayor parte de la naturaleza duerme en felicidad inconsciente, y sus ululares a menudo evocan misterios. Mientras tanto, la imagen en Géminis 5° (Luna) es: “Una revista revolucionaria que pide acción”, subtitulada: La tendencia explosiva de los sentimientos reprimidos y las emociones de raíz.
En conjunto, los dos símbolos presentan el desarrollo del cambio como un proceso que comienza con el reconocimiento de la capacidad de cambio a partir de la disponibilidad de una alternativa, la cual puede reconocerse al considerar un punto de vista diferente (el búho). Una vez que se vislumbra la alternativa, que por definición será contraria al statu quo, se debe buscarla aceptando las consecuencias que tal búsqueda pueda traer. La similitud con el símbolo de la luna nueva es notable, ya que ambos van en contra de las expectativas que nos impone la sociedad. Los símbolos de la luna llena apelan a la sabiduría que hemos obtenido a lo largo de los años, después de todo es un búho viejo, mientras que en la luna nueva se nos pide que sigamos nuestra conciencia. Ya sea que uno vea la luna llena como la finalización de las fases crecientes de acción o el comienzo de las fases menguantes de consciencia, el mensaje es claro: debemos seguir aceptando el cambio.
Marte: La Travesía del Héroe
Cuando hablamos del ciclo de la lunación como el ciclo prototípico de relación, también mencionamos el ciclo de veinte años Júpiter–Saturno como el que marca el latido de la sociedad, el ir y venir del liberalismo expansivo y el conservadurismo estructurante que permite la evolución social. A nivel personal, existen procesos de evolución similares de flujo y reflujo que nos permiten probar primero algo nuevo y luego evaluar su desempeño. En términos de nuestra individualidad, el ciclo Sol–Marte de poco más de dos años representa la travesía del héroe.
El mito del héroe es posiblemente el más frecuente en la mitología; es una travesía para aventurarse hacia lo desconocido al viajar, generalmente hacia el norte que simboliza el subconsciente, superando numerosos obstáculos en alguna búsqueda espiritual. Pero esa es sólo la mitad del viaje, el héroe regresa para compartir sus éxitos y lamer sus heridas mientras adquiere sabiduría a partir de la experiencia. En todos los ciclos, la duración desde los estados alfa a mu es de acción para lograr una meta que fue definida en el estado alfa, mientras que la del estado mu a omega es de consciencia para comprender lo que realmente fue logrado en el estado mu, derivando así sabiduría en el estado omega. Por supuesto, siendo el arquetipo de dicha sabiduría, el estado omega define el objetivo del estado alfa siguiente, produciendo así un proceso y no sólo una serie de ciclos no relacionados.
El ciclo Sol–Marte es un ciclo de autodescubrimiento. Marte es el planeta de los deseos y la energía para cumplirlos, pero muchos de nuestros deseos, si no la mayoría, provienen de nuestro subconsciente: un montón de información emocional estructurada por nuestra sombra. El ciclo trata de ayudarnos a descubrir la verdadera naturaleza de nuestros deseos para poder cumplirlos mejor. Marte nunca trata de hacer juicios de valor, le corresponde al ciclo Sol–Venus definir nuestras necesidades en base a algún sistema de valores que determinará su correspondencia con nuestros deseos.
Un nuevo ciclo comenzó oficialmente el 17 de noviembre, cuando la conjunción de Sol y Marte fue exacta en Escorpio 26°, pero recordarán que prácticamente estuvieron unidos por la cadera durante todo el signo; incluso la carta de la luna llena del próximo lunes los muestra en conjunción en Sagitario. Todo presagia un fuerte ciclo para descubrir lo que hay detrás de nuestros deseos personales, armados con la capacidad de exploración profunda de Escorpio y ahora la capacidad de Sagitario de ampliar nuestros horizontes para ver el panorama general. La oposición reveladora (fase mu) será el 15 de enero de 2025 y el ciclo de 782 días finalizará con la próxima conjunción el 9 de enero de 2026.
En la astrología mundana, donde Luna representa a la ciudadanía, la oposición Marte–Luna generalmente se siente como un comportamiento violento hacia la población civil, y hemos experimentado mucho de eso. A nivel personal, puede hacernos muy conscientes de los conflictos internos entre nuestra naturaleza deseosa y nuestra salud emocional.
Saturno
Como ya mencioné, Saturno se destaca por las T-cuadradas que forma con las oposiciones Sol–Luna y Marte–Luna. Está por salir de Piscis 1° (0⁰59′), el grado del comercio como intercambio organizado de actividad humana, siendo su símbolo un mercado abierto. Heather Ensworth habla de Saturno como nuestro chamán interior. Es el último planeta que podemos ver a simple vista, el límite natural del sistema solar, pero es menos denso que el agua (además, está en Piscis), por lo que los límites son tan rígidos como nosotros los hacemos. Mencioné en un artículo anterior que, después de construir estructuras de once tipos diferentes, psicológicamente hablando, Saturno en Piscis nos hace ver que las estructuras son una ilusión. Heather nos invita a no aferrarnos a las formas de Saturno, incluyendo nuestro cuerpo y nuestro ego, porque en realidad somos seres espirituales.
Cuando hablamos de Saturno en la última luna nueva, mencionamos que ahora se mueve en dirección directa a través de su sombra retrógrada, lo que quizás ofrece oportunidades para actuar de manera diferente que a principios de año. Como referencia, Saturno entró en Piscis el pasado 7 de marzo y permaneció diez días en Piscis 1⁰ antes de avanzar por los primeros ocho grados del signo. Luego de un período de movimiento retrógrado que lo llevó nuevamente al inicio de Piscis, volvió a cambiar de dirección el 8 de noviembre y permanecerá en ese grado hasta la luna llena, veinte días.
Mercurio y Venus
Mercurio forma un trígono exacto (mismo grado) con el Nodo Norte en Aries 24°21′, y por lo tanto un sextil exacto con el Nodo Sur, dando como resultado un Triángulo Místico con el eje Nodal. Además, como pueden ver en la carta, Venus está en oposición al Nodo Norte y forma un sextil con Mercurio, lo que da como resultado otro Triángulo Místico (que se muestra en verde). Venus en conjunción con el Nodo Sur nos ayuda a revalorizar nuestras relaciones actuales y nuestro relacionamiento en general para que podamos dejar atrás aquellas que se oponen a la nueva persona que tratamos de ser. Mercurio en Sagitario aporta un proceso de pensamiento que es a la vez honesto y capaz de ver el “panorama general” para ayudar con el proceso de revaluación.
Noticias del Centro Galáctico
Casi me apetece incluir una sección sobre astronomía en cada mensaje, dado que se descubren tantas cosas ¡semanalmente! La multitud de observatorios satelitales continúa aportando datos que desafían las teorías y es difícil mantenerse al día. Incluso permaneciendo dentro de la Vía Láctea, a menudo se producen nuevos descubrimientos. Además de la medición continua de intensas erupciones solares, que hacen de este ciclo solar uno de los más fuertes jamás registrados, los últimos estudios provienen del hoyo negro que se encuentra en el centro de nuestra galaxia, Sagitario A*.
A pesar de ser un hoyo negro muy silencioso, es decir, uno con un “pequeño” disco de acreción de materia que gira en círculos antes de caer, gira a un ritmo muy rápido, lo que debería atraer mucha más materia hacia él. Parece compensar al tener un enorme campo magnético, algo que también es poco común. El efecto combinado es el de un hoyo negro que es capaz de mantener la integridad de la galaxia sin causar muchas perturbaciones en ella. Aparentemente nuestra galaxia es un vecindario tranquilo, pero bien conectado, pues un gran número de “filamentos” de gas y energía, para darles una imagen mental, emergen del centro galáctico y tienen miles de años luz de longitud, yendo en todo tipo de direcciones diferentes hacia otras galaxias. Para colmo, se publicaron tres artículos detallando una periodicidad de 76 minutos en dos frecuencias diferentes, y de 149 minutos, casi el doble, en otra.
En astrología, el centro galáctico es de donde las estrellas, incluida Sol, obtienen fuerza espiritual, lo que algunos ocultistas llaman Fuente, me parece interesante que estemos tomando consciencia de su actividad, de su “vida”, justo ahora.
Terminando…
Seguimos viviendo tiempos intensos enfrentados a todo lo que no queremos en nuestro futuro. Los viejos paradigmas son poderosos y los vemos por todas partes porque necesitamos purgarlos y primero debemos darnos cuenta de su carácter destructivo. Se basan en la separación, el miedo y la escasez, por lo que debemos contrarrestarlos con unión, esperanza y abundancia. Depende de nosotros, individual y colectivamente, cocrear un mundo nuevo, basado en la nueva consciencia de compasión.
No te aferres a la orilla, quédate en el río y fluye hacia el océano, dicen los Hopi, pero no prometen un viaje tranquilo. Habrán cascadas en nuestro futuro próximo, dado que estamos entrando en la Era de Acuario, el signo regido por Urano, un planeta propenso a traer realizaciones repentinas. Urano inserta discontinuidades en el mundo estructurado de Saturno, lo que a menudo genera miedo.
La consciencia humana nos permite ser testigos de nuestra mente consciente, y debemos usar esa capacidad para relajar nuestro ego y aceptar el nivel más sutil de consciencia disponible para todos hoy en día. Escuchen a sus corazones en busca de intuiciones sobre cómo actuar desde un nivel tan superior y compasivo.
Finalmente, embárcate en tu búsqueda personal para comprender tus deseos y centrarlos en tus necesidades. Hablaré periódicamente sobre el ciclo Sol–Marte, la travesía del héroe, a medida que avanza por sus fases.
Siempre Amor. 🌹🙏💖
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