Encontrarse en el Punto Medio

La luna llena con eclipse lunar parcial ocurrirá mañana 28 de octubre a la 1:24 PM en California o las 14:24 horas en la Ciudad de México, y en el sexto grado del eje Tauro–Escorpio, en 5⁰09′. Diré algunas palabras sobre esa polaridad, poderosamente representada en este eclipse, pero esta vez quiero utilizar un enfoque más holístico, consistente con la Totalidad. Entonces, primero permítanme decir algunas palabras sobre este enfoque y luego aplicarlo al horóscopo del eclipse.

Desde un punto de vista reduccionista, una carta astrológica es una representación pictórica de la posición celeste de los planetas y otros cuerpos o puntos calculados tal como se ven desde un lugar particular y en un momento dado de la Tierra. Cada posición debe calcularse con respecto a los dos ciclos principales de la Tierra que afectan su relación con el sol como fuente de toda la energía, es decir, el ciclo de rotación mediante el cual todos los lugares (meridianos) reciben la energía solar todos los días, y el ciclo de traslación mediante el cual todos los momentos del año son visitados por el sol en su órbita aparente alrededor de nuestro planeta. Este último da lugar a los doce signos astrológicos, cada uno de 30 grados, medidos a partir del equinoccio de primavera (Aries 0⁰), mientras que el primero hace lo mismo para las doce casas astrológicas, medidas a partir del grado zodiacal que “sale” por el Este (Ascendente). Los ángulos entre los diferentes cuerpos también se reportan como aspectos astrológicos cuando su valor está cerca al exacto de ciertas divisiones del círculo que son numéricamente significativas, siendo las más importantes 0°, 60°, 90°, 120° y 180°.

Esta información es puramente astronómica y podría darse en una sencilla tabla. En cierto modo, las antiguas cartas natales rectangulares eran poco más que tablas de información. La astrología basada en este enfoque adolece de considerar cada dato como un componente independiente de la carta, digamos Júpiter en Leo 30⁰ en la Casa IV, y ser analizado como tal. Incluso los aspectos, como un sextil de 60⁰ entre Júpiter y Neptuno, se consideran de forma aislada y no como una fase de su relación. Se pide al astrólogo que memorice los significados de una multitud de componentes individuales y sintetice un significado general concentrándose en aquellos que están siendo energizados e ignorando el resto.

La Carta como Mándala

El horóscopo circular permite a los astrólogos organizar la información como un mandala que simboliza la totalidad del evento. Una de las definiciones de mándala es: “un patrón gráfico y a menudo simbólico, generalmente en forma de un círculo dividido en cuatro secciones separadas o…” (el énfasis es mío), y un horóscopo ciertamente se ajusta a esta definición geométrica. Para apreciar el poder simbólico de un mándala, uno debe darse cuenta de que el círculo bidimensional no existe sin un centro adimensional desde el cual se pueda dibujar su circunferencia. Simbólicamente hablando, todo lo que está en el espacio delimitado por esa circunferencia debe referirse a dicho centro. En numerología, el centro corresponde al número abstracto cero, que concreta el número cuatro de la materia. Cuando el círculo simboliza una órbita, debemos tener en cuenta que su centro es el sol mientras que el centro de un horóscopo es un lugar específico en la Tierra si se habla de un evento o, en el caso de una carta natal, el concepto “yo” de la persona, ya sea el Ego o el Ser.

Cuando el horóscopo es visto de esta manera, cada objeto en él debe ser referido al centro de la carta, donde el evento se vive como un momento holístico o el individuo es visto como una personalidad. De esta manera, se establece una relación holística de abarcación entre el horóscopo y sus símbolos abarcados, formando lo que Rudhyar llamó una holarquía que da significado al evento o personalidad. Cabe señalar que los símbolos se refieren a totalidades que sólo adquieren significado cuando son vistos como miembros de su holarquía. La posición de un planeta, por ejemplo, es un indicador de dónde se encuentra en su órbita, de manera muy similar a como la manecilla de un reloj señala la hora como un lugar en su “órbita” de doce horas. Además, la ubicación de la órbita en el sistema solar, contada desde el sol como su centro, es lo que determina el significado, no las características del indicador. Así, el simbolismo de Júpiter tiene poco que ver con que sea el planeta más grande, más allá de sus efectos en la velocidad orbital, y todo con tener la quinta órbita a partir del sol; sexta si contamos el cinturón de asteroides.

Cuando decimos que una carta tiene a Júpiter en Leo 30°, queremos decir que el indicador de la quinta órbita forma una conjunción con el último grado de Leo, el cual es el quinto signo después de Aries (todo se remonta a la numerología), donde se encuentra la estrella Regulus y que tiene un símbolo Sabiano específico. Cada aspecto es una relación funcional entre dos entidades astrológicas, cuya función depende de dónde se encuentran en su ciclo de relación, como lo es el ciclo de lunación para la relación entre Sol y Luna. Todo ciclo de relación comienza en la conjunción 0° cuya palabra clave funcional es: Actividad. Así es como los arquetipos de Júpiter y Leo 30° se combinan de manera holística para actuar como uno solo, y explica por qué Marte en Leo 30° tiene un significado diferente incluso cuando comparte el arquetipo de Leo 30°.

Lo que es más, cuando la carta se erige para el comienzo de un ciclo, como una luna nueva o, más importante aún, un nacimiento humano, no es sólo un símbolo holístico de las energías del momento sino del ciclo que comienza en ese momento, tomado como un todo. Representa todas las potencialidades inherentes al ciclo que pueden actualizarse o no en su duración. La astrología ha ideado varias técnicas, llamadas en términos generales progresiones y tránsitos, para visualizar cómo la Naturaleza responderá con desafíos y oportunidades a los procesos de crecimiento necesarios para actualizar el potencial de la carta.

Patrones y Configuraciones

Ya que consideramos al horóscopo como un todo, el enfoque inicial es observar la forma de la carta, que es la manifestación exterior de su estructura interna. Por ejemplo, un vistazo rápido a la carta del eclipse advierte un desequilibrio entre los semicírculos derecho e izquierdo, siendo el izquierdo el que tiene la mayoría de los símbolos, ocho de doce. Recuerden que esta es una Carta Aries que define un momento en el tiempo sin referencia a un lugar en el espacio, por lo que no hay casas, sólo signos. Las dos líneas principales que dividen la carta en cuatro corresponden a los ejes equinoccial (horizontal) y solsticial (vertical), por lo que el semicírculo izquierdo está compuesto por los signos en los que la Fuerza del Día crece e integra la individualidad de una persona, desde Capricornio en la parte superior hasta Géminis en la inferior. Estos signos representan las fases subjetivas de nuestro crecimiento.

Para completar, los signos del semicírculo derecho, cuando la Fuerza de la Noche crece desde Cáncer en la parte inferior hasta Sagitario en la superior, integran nuestro relacionamiento, forzando un punto de vista más objetivo. Sin embargo, en una carta natal las líneas divisorias corresponden al horizonte y al meridiano, y los semicírculos izquierdo y derecho simbolizan campos (casas astrológicas) relacionados con las experiencias de creación y cumplimiento de destino, respectivamente.

Entonces, este eclipse lunar se sentirá de manera muy subjetiva, y vale la pena señalar que las energías subjetivas, por así decirlo (los planetas de la izquierda), involucran a todos los planetas no personales, con todos menos Plutón moviéndose retrógrado, más la Luna, lo que aumentará el sentimiento de subjetividad emocional. Un eclipse lunar ocurre durante una luna llena que energiza la polaridad de sus signos. En cualquier ciclo de relación, la oposición de 180° ocurre cuando los dos cuerpos están más alejados el uno del otro, generando al menos percatación, si no es que plena consciencia, de sus diferencias; ésas son palabras clave funcionales para toda oposición. La polaridad puede integrarse enfocándose en cómo esas diferencias se complementan entre sí, confiando en el Espíritu para atraerlas hacia el Ser en el centro del mándala, o dispersarse hacia la circunferencia por la Naturaleza, acentuando sus diferencias polares. Sí, otra polaridad fundamental es la del Ser contra la Naturaleza.

Tauro y Escorpio

Volviendo a la carta, observen cómo los dos semicírculos están atravesados por un buen número de oposiciones en rojo, todas menos una involucrando el eje Tauro–Escorpio. De hecho, el semicírculo derecho muestra dos características distintas: un stellium del Sol, Mercurio y Marte en Escorpio, formando conjunciones entre sí y por tanto actuando en unísono, además de Venus solo en Virgo. Como pueden ver, el stellium se opone a la conjunción de Luna y Júpiter en Tauro, formando dos oposiciones exactas (mismo grado): Sol–Luna, como en cada luna llena, y Marte–Júpiter. La polaridad Yang–Yin que se experimenta en cada luna llena (oposición Sol–Luna) se ve reforzada aún más en el lado Yang porque Marte y Mercurio forman conjunciones con Sol, y en el lado Yin por una conjunción de Júpiter retrógrado con Luna. Además, este será el último eclipse que ocurrirá en Tauro–Escorpio hasta noviembre de 2031, por lo que todo apunta a un eclipse lunar muy fuerte, que son los eclipses de consciencia.

Tauro y Escorpio son signos fijos que concentran el poder generado por el signo cardinal anterior para que pueda ser distribuido por el signo mutable posterior. Tauro da sustancia y profundidad a los impulsos individualizadores de Aries, mientras que Escorpio sostiene y profundiza el impulso colectivizador de Libra. Escribe Rudhyar: “En Tauro, el proceso opera principalmente a nivel biológico e instintivo. En Escorpio lo que está implícito es la identificación con fuerzas que apuntan a la interpenetración de unidades individuales con el propósito de construir un organismo social u ‘oculto’ más grande; una interpenetración que debe llegar a las raíces mismas del ser para ser eficaz”.

Esta última afirmación explica la conexión de Escorpio con el sexo, aunque es Tauro el que simboliza la función sexual natural y biológicamente compulsiva. Rudhyar continúa: “En Escorpio, el sexo satisface las necesidades humanas y responde a los anhelos individuales” (énfasis suyo). Las compulsiones en Escorpio son psicológicas más que glandulares e instintivas. Así, un tipo Escorpio es posesivo en un sentido personal, sujeto a todo tipo de perversiones pero también a la transmutación. Para Tauro, el sexo es simplemente un instinto de procreación destinado a crear descendencia o a liberar energías biológicas y psíquicas.

Oposicion Sol–Luna Ayudada

Hemos hablado de cómo, en la culminación de las fases crecientes de actividad, la luna llena revela el significado de la lunación y marca el comienzo de las fases menguantes de la consciencia. Esta comprensión es mucho más intensa cuando un eclipse lunar acentúa la polaridad, incluso cuando el eje nodal está en una polaridad de signo diferente, como lo es en este caso. Además, como vimos antes, la oposición exacta Sol–Luna de toda luna llena es en realidad entre dos conjunciones: la triple Sol–Mercurio–Marte en Escorpio y Luna–Júpiter en Tauro. Por cierto, el eje Tauro–Escorpio a menudo es denominado el eje financiero, con Tauro representando los activos, lo que poseemos y guardamos para mantener la riqueza, y Escorpio los pasivos, lo que debemos o liquidamos para generar riqueza.

Decimos que Marte en Escorpio actúa como Plutón, profundo y metódico, pero con intensidad personal, actuando como el bisturí de un hábil cirujano. Mercurio en Escorpio simboliza una observación aguda y un pensamiento profundo, el detective que persigue pistas. Junto con Sol, estos dos canalizarán energía para encontrar secretos, profundizando en nuestras finanzas, especialmente la deuda (Escorpio). A escala global, podríamos encontrar secretos sobre grandes cantidades de dinero, dinero criminal y otra información personal para descubrir lo que realmente está sucediendo. Marte fue el regente de Escorpio hasta hace menos de cien años, por lo que se siente muy cómodo en ese signo; los astrólogos a veces asignan una regencia conjunta de Escorpio a Marte y a Plutón. Con este último apenas en Capricornio 28° (27°58′), el grado que tiene en la carta de Estados Unidos y en el signo de gobiernos y grandes instituciones, es probable que todo este “excavar” en busca de información y exponerla, involucre muchas fuentes y actividades relacionadas con Estados Unidos.

A nivel personal, la triple conjunción del Sol, Mercurio y Marte en Escorpio puede suscitar comunicaciones airadas o vengativas, pero su oposición a Júpiter podría hacernos conscientes de grandes visiones por las cuales luchar. Otra característica importante de Escorpio y Tauro es que el primero ama la profunda complejidad de las relaciones humanas, mientras que el segundo prefiere la simplicidad de relacionarse con la naturaleza. Luna en conjunción con Júpiter expandirá e incluso hará estallar nuestras emociones hacia la simplicidad de Tauro, desde la complejidad de Escorpio, especialmente teniendo a Mercurio allí. Todo esto se sentirá con más fuerza si tu carta contiene planetas o ángulos en los primeros grados (3°–9°) de cualquier signo fijo: Tauro, Leo, Escorpio o Acuario.

Símbolos Sabianos

El símbolo de Escorpio 6⁰ (Sol) tiene la imagen: “La fiebre del oro arranca a los hombres de su tierra natal”, explicada además como la búsqueda apasionada de nuevos valores que, a cualquier nivel, prometen una vida más abundante. Su palabra clave es: Avidez. Mientras tanto, la imagen de Tauro 6⁰ (Luna) es: “Un puente voladizo cantiléver a través de un profundo desfiladero”, ampliada como la conquista de la separatividad a través de la cooperación grupal. Es energía para Vencer Obstáculos, su nota clave. La ávida búsqueda de pistas para descubrir qué está pasando o contra qué luchar no tiene sentido si lo intentamos por nosotros solos. En esta etapa del juego, sólo tendremos éxito si cooperamos con otros, construyendo puentes que permitan la polinización cruzada de grupos, por así decirlo.

Como de costumbre, los símbolos de la luna llena deben referirse al de la luna nueva anterior: un niño dando de beber a los pájaros en una fuente, el cual consideramos que simboliza la relación espontánea e ingenua que fomenta una conexión espiritual. Mirando los símbolos de la luna llena, un puente voladizo cantiléver tiene un soporte en el centro del tramo desde el cual dos estructuras horizontales lo conectan a ambos extremos. De hecho, hay una verdadera olla de oro por la cual debemos apresurarnos ávidamente y está esperando en el centro de la carta, dentro de nuestros Seres. Somos capaces de obtener poder a partir de la verdadera comprensión del valor de las relaciones, donde la comprensión implica al menos cierta identificación con lo que es comprendido, y que podemos utilizar para dar sustancia a nuestros impulsos individuales. Ellos, los impulsos para afirmar nuestra existencia como individuos, no tienen por qué estar reñidos con nuestra existencia como seres sociales inmersos en una multitud de relaciones. Y no lo harán si abordamos al relacionamiento como el niño se relaciona con los pájaros, debemos atrevernos ávidamente a relacionarnos y “encontrarnos en el punto medio” de una manera infantil.

Saturno, Venus y Neptuno

Sarurn aún se mueve retrógrado en Piscis 1° (0°33′), el grado en el que ha estado y estará durante la lunación actual y más allá, ¡aproximadamente 50 días consecutivos en ese grado! En el momento del eclipse lunar, Saturno estará a punto de quedarse estacionario antes de cambiar de dirección sin regresar a Acuario. Un planeta estacionario no deja que la energía fluya a través de él y por lo tanto se concentra extremadamente en su conjunción con el grado. El símbolo Sabiano de Piscis 1° tiene la imagen de un mercado con una gran variedad de productos. Dice Rudhyar: “En un sentido práctico, el símbolo, siempre que se encuentra, enfatiza que ha llegado el momento de aprovechar al máximo las oportunidades sociales para negociar e intercambiar”. En un sentido real, se refiere a todo lo que se puede obtener de la interacción social, por eso su palabra clave es: Comercio, entendido en su sentido más amplio, como el intercambio de ideas, opiniones y sentimientos. Saturno en ese grado hace referencia a la construcción de estructuras que fomentarán las interacciones sociales ya mencionadas. Tengan en cuenta que Saturno está en el vértice de un Triángulo Místico con la oposición Sol–Luna, lo que proporciona un camino alternativo hacia la consciencia requerida por la oposición discutida anteriormente, un camino basado en la interacción social.

La interacción social implica relaciones y eso nos lleva a Venus. Anteriormente, al observar la forma general de la carta del eclipse, notamos que Venus está solo en Virgo 19° (18°49′) y, sin embargo, muestra varios aspectos; solo, sí, pero bien conectado. En primer lugar, está en el vértice de otro triángulo con la oposición Sol–Luna, formando un semicuadrado de 45° con Sol y un sesquicuadrado de 135° con Luna; la palabra clave funcional para ambos es: Percatación, que es la misma de la oposición. Sin embargo, en estos aspectos la percatación está relacionada con una crisis, dándole un sentido de urgencia. Al igual que el triángulo místico, este triángulo (no creo que haya sido nombrado) proporciona un camino alternativo a la oposición. Sin embargo, si bien el camino que ofrece el triángulo místico es a través de aspectos creativos y productivos con el planeta vértice, éste añade una necesidad más urgente de tomar consciencia de las diferencias y complementariedad con el planeta vértice.

Además de posiblemente generar más consciencia sobre la tensión del eclipse antes mencionada, Venus se encuentra en la posición de líder del papalote que hemos mencionado algunas veces antes. El papalote no es evidente en la carta debido a mis orbes o tolerancias personales; por ejemplo, el Gran Trígono Menor no está completo porque el ángulo entre Urano y Plutón es 113°44′, o sean 6°16′ menos que un trígono de 120° y yo solo permito 6° de tolerancia. El punto es que para todo efecto práctico, es el turno de Venus de estar al otro lado de la habitación, hablando en sentido figurado, frente a Neptuno flanqueado por los otros dos grandes, Urano y Plutón. Esa ubicación de Venus dice que es hora de tomar consciencia de cuánto se basa nuestro sistema de valores en el verdadero amor universal y la compasión, y no en ilusiones y fantasías. Más importante aún, Venus en Virgo es un Venus muy práctico, por lo que, después de adquirir esa consciencia, hay energía para hacer algo al respecto y reajustar nuestro sistema de valores en consecuencia.

Una Nota del Mundo

El astrólogo mundano José Millán analizó el conflicto en Israel. El eclipse solar de la última luna nueva ocupó un lugar destacado en las cartas de Israel y Palestina, lo cual no es tan sorprendente dado que los dos países se formaron con horas de diferencia en 1948. Él nos recordó que la transición a la Era de Piscis se originó en esa área en la forma del cristianismo, cuando el Nuevo Testamento de compasión suplantó al Antiguo Testamento y su mentalidad de ojo por ojo, el cual era perfectamente adecuado para la Era de Aries cuando fue escrito. Además, como vimos con el mito de Innana, fue en esa misma zona donde ocurrió la transición de la Era de Tauro a la de Aries, cuando el pueblo sumerio fue conquistado por los acadios en el Irak moderno. ¿Tal vez la transición de la era de Piscis a la de Acuario deba concretarse también en esa zona del globo?

Terminando…

Volvamos a la carta como mándala, es decir, como símbolo holístico. Sin duda, todo gira en torno a la polaridad Escorpio–Tauro presentada de forma fuerte Yang–Yin y acentuada por el eclipse lunar con el eje Nodal en Aries–Libra, instándonos a ser nuevos individuos y a dejar atrás relaciones que impiden nuestro crecimiento y que deben pertenecer al pasado. Los símbolos Sabianos nos dicen que persigamos las riquezas de tener un relacionamiento integrado que nos dé sustancia como individuos, y que el secreto está en encontrarnos en el punto medio. Hay dos rasgos más que tienen relevancia: el Triángulo Místico con Saturno en el primer grado de Piscis y el otro triángulo con Venus en Virgo y en oposición a Neptuno.

Y Plutón sigue formando cuadratura con el eje Nodal, sacudiendo la consciencia colectiva por unas semanas más. Me repetiré, hay una enorme fuerza Espiritual que impulsa, más aún, obliga a la humanidad a elevar su nivel colectivo de consciencia. El abismo entre el caos del mundo en el que vivimos y el futuro que estamos cocreando es más amplio que nunca y la brecha sigue creciendo. Todo eso trae ansiedad y estrés, ¡lo que menos necesitamos! Sin embargo, existe una comunidad de personas con ideas afines si simplemente abrimos nuestra mente y escuchamos con el corazón. Desconéctate del caos, solo escucha las noticias pero no te detengas en ellas, camina descalzo sobre el césped (deja el teléfono cargando), siente tu respiración acariciar tus fosas nasales cuando tu mente comienza a alzar la voz.

Hay otros, sí, hay nuevas relaciones que formar, relaciones profundas y significativas (Escorpio) que pueden formarse simplemente (Tauro) participando en un nuevo tipo de interacción social, un comercio de ideas y sentimientos. Venus dice que es crítico que ajustemos nuestro sistema de valores de manera que se puedan formar nuevas relaciones para dicho comercio.

Siempre Amor. 🌹🙏💖

Comentarios

2 respuestas a “Encontrarse en el Punto Medio”

  1. Avatar de Paola Giovine
    Paola Giovine

    Gracias siempre por tus palabras y por tu manera de leer la realidad!
    Me llevas en el camino , en el laberinto, ayudándome a encontrar la salida!
    Un abrazo

    1. Avatar de RXB

      Gracias, acepto el abrazo con gratitud, agradeciendo en especial el favor de leerme, y respondo con otro abrazo lleno de cariño. Saludos. 🙏

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